De seguro si estás aquí es porque haz visto los innumerables beneficios de tener tu propia huerta en casa, dentro de los cuales se encuentran: saber el origen de nuestros alimentos, reducir el estrés, construir redes entre tu comunidad entre muchos más. Pero… ¿por dónde empezar?
Cualquier huerta urbana necesita mínimo 4 ingredientes principales:
1. Un sustrato rico en nutrientes
2. Semillas de buena calidad acordes al clima de siembra
3. Agua en la cantidad adecuada
4. Luz solar
Sustrato
El sustrato es la base que sirve de sostén a tus plantas, que permite el anclaje de las raíces al suelo, permitiendo la absorción de nutrientes principales como carbono, nitrógeno, oxígeno e hidrógeno. Por lo tanto, el sustrato debe ser rico en materia orgánica de manera que estén disponibles todos los nutrientes, además de tener la adecuada porosidad para no encharcarse y retener el agua suficiente con el fin de suplir las necesidades fisiológicas de las plantas.
Los mejores sustratos son los de origen natural obtenidos de minerales rocosos, el compostaje de materia orgánica o restos de la producción industrial de cultivos como coco y arroz e incluso de aserrín. En ellos podemos encontrar la tierra negra, el humus sólido y líquido de lombriz, el compost, sustrato de coco, la perlita, turba, cascarilla de arroz y muchos muchos más.
Semillas
Una buena cosecha en la huerta depende no sólo del sustrato, sino que también de las semillas. Durante miles de años los humanos hemos mejorado de manera natural las semillas de las plantas que consumimos con el fin de obtener mejores características como mayor tamaño, resistencia al clima o mejor sabor, seleccionando y resembrando las mejores semillas de cada cultivo.
Es por ello, que una buena semilla debe ser capaz de germinar y desarrollar una plántula en condiciones óptimas, sin que contenga enfermedades y plagas que puedan perjudicar este proceso. ¿Qué plantar en una huerta urbana?
Si vas a empezar por primera vez en tu huerta, te recomendamos escoger plantas resistentes y de fácil y rápido crecimiento, como lo son plantas cuyo principal uso serán las hojas. Por ejemplo, aromáticas como cilantro, albahaca, manzanilla, hierbabuena son una buena opción al ser plantas de rápido crecimiento, requerir pocos cuidados y necesitar poco espacio para desarrollarse.
Si quieres irte directamente a cultivas hortalizas productoras de frutos comestibles, te recomendamos empezar con leguminosas como arvejas, fríjoles, habas, garbanzos, etc. También, raíces como zanahoria, rábano, cebollas y ajos u otras hortalizas de hoja como la espinaca, lechuga y rúgula.
Agua
El agua por otra parte es fundamental para un correcto desarrollo de cualquier cultivo, ya que constituyen un 90% de la composición de la planta, al ser el principal medio de transporte de los nutrientes absorbidos del sustrato en las raíces hacia las diferentes partes de la planta.
Por lo tanto, el riego debe hacerse de forma adecuada para no sobresaturar el suelo y aportarle la suficiente agua a la planta. En el caso de los semilleros, es recomendado regar diariamente, con pulverizador, para favorecer una rápida germinación y formación de la planta. Para las plantas adultas lo recomendado es regar cada vez que la tierra se seque, sin embargo, esto puede depender directamente de la especie y la variedad de cada una, en este caso, puedes ver la ficha técnica de cada cultivo para hacerlo de manera correcta.
Como regla general, se debe regar directamente en la tierra y no en las hojas ni el tallo, ya que esta práctica puede favorecer la aparición de hongos en las plantas. Además, te recomendamos regar en la mañana, para darle tiempo al agua para llegar a las raíces y sea absorbida, de lo contrario si riegas a medio día, es muy probable que el agua se evapore de manera superficial y tengas que gastar más agua para poder suplir las necesidades de la planta, lo que te generará más costos.
Probablemente hayas escuchado en otros lugares que se debe regar durante las últimas horas de la tarde y empezando la noche, sin embargo, no te lo recomiendo, debido a que creas las condiciones ideales para el crecimiento y propagación de babosas y caracoles, quienes generan graves daños a tus plantas y son una plaga difícil de erradicar en el huerta.
Luz
Garantizar la suficiente luz determinará el éxito o fracaso que las plantas tengan en tu huerta. Con este fin, lo primero que debes hacer es planificar la ubicación de tu huerta, ya sea en la terraza, el balcón, el patio o en el espacio que tengas disponible. Para ello, procura que les llegue la mayor cantidad de luz solar posible; lo ideal sería proveerles al menos 6h de luz diariamente, si es viable, ubica tus plantas en dirección norte para así aprovechar el sol al máximo.
Debes conocer además los requerimientos específicos de luz para cada especie, esto debido a que algunas especies requerirán mayor intensidad de luz que otras, por lo que se suele hablar en términos de tolerancia a la sombra. Para ello, consulta las fichas técnicas de cada especie que tenemos para ti con cada producto que compres en Ecocultura.
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